[Crítica] Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho, ahora?

Hoy se estrena en cines la segunda parte de una de las comedias más exitosas del año pasado en Francia. Con Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?, Philippe de Chauveron asentó las bases de una comedia que abrió la veda de nuevo a películas de índole familiar y que trataba muchos temas controvertidos de forma irónica en una alocada aventura que desde luego, no te dejaba despegarte del asiento. Ahora, en 2019, nos llega su secuela, que ha llegado a a alcanzar un total de 7 millones de espectadores en su país de origen; siendo además la película más taquillera de este año en Francia.




Tras ver a sus hijas casarse con un musulmán, un judío, un chino y un africano, Claude y Marie Verneuil se enfrentan a una nueva crisis. Sus cuatro yernos, Rachid, David, Chao y Charles, están decididos a abandonar Francia con sus esposas e hijos para probar fortuna en el extranjero. Incapaces de imaginar a su familia lejos de ellos, Claude y Marie harán todo lo posible para retenerlos.



Para esta ocasión, el elenco original vuelve de nuevo, contando en la cabeza familia con Christian Clavier (Los visitantes) y Chantal Lauby (La jaula dorada). Ambos ya son un matrimonio mayor que tras vivir unas aventuras de infarto llenas de giros inesperados en sus vidas, ahora tendrán que hacer frente a situaciones más peliagudas. Si ya no les bastó con unas simples parejas y unas bodas...



El reparto lo completan Ary Abittan (Con los brazos abiertos), Medi Sadoun (Mea culpa), Élodie Fontan (Misión País Vasco) o Émilie Caen (Intocable), las cuales interpretan a las hijas de la familia, las cuales cada una de ellas, junto a su familia no se pondrán nada fácil la reunión con sus padres. El problema es lo que han decidido en los diferentes matrimonios, que supondrá una crisis a niveles nunca antes vistos y n harán más que complicarse para intentar tener éxito en el futuro y fuera de Francia.





En esta película se tratan muchos temas sociales que están presentes en nuestros días, desde política pasando por colectivos y llegando incluso a sentimiento por un país. A pesar de ser una comedia que trata lo más controvertido que acontece a la sociedad últimamente, sabe quitarle hierro a las situaciones y ofrecerlas sin resultar muy molestas. Eso es un logro actualmente, ya que no es nada fácil poder realizar ambas cosas. Bien es cierto también que en Francia se ha conseguido suavizar ciertos temas a los que ahora pueden recurrir sin mucho problema como se ha podido observar en películas similares.



Pero lo que ocurre con este aspecto de la película no es eso, si no que algunas, por no decir muchas de las gracias y de los chistes que se mencionan no tienen mucha cabida en la actualidad. Y no es por meternos a hablar de límites de humor, si no, que aunque los personajes principales de la película tengan una edad, no tienen que tener un guión acorde a ello. En esto me parece personalmente un punto negativo que afea la cinta, ya que a lo mejor dos décadas antes hubiera tenido más gracia, algo que a mí no me ha producido casi en ningún momento la película.





La película en general es bastante previsible, no dejando mucho a la imaginación, aunque es una comedia sencilla dentro de lo que suelen ser generalmente todas. No aporta nada nuevo a la anterior, ya que vuelve a repetir la fórmula que la llevó al éxito, pese a jugársela con el peligro de volver a tropezar con la misma piedra y perder la esencia que ya había creado. De hecho, de no ser por la variedad de actores no creo que hubiera funcionado tan bien, porque sobre todo acumula muchos comentarios graciosos que tienen un tono xenófobo. Quizás no sea adrede, pero deja mucho que desear al tener este tema como recurrente cuando no sabe por donde salir.



Es posible que si te gustara la primera, esta lo haga también, pero sin embargo yo seguiré estando a medias con esta cinta que no ha conseguido más que defraudarme en gran parte. Y siendo una cosa tan sencilla como una comedia, también puede fallar y salir mal, así que por lo pronto espero que nos dejen descansar de la familia Verneuil durante un tiempo antes de hacer una tercera parte.

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