Dos películas que se componen casi de lo mismo. Lo que pasa es que cada cual lo hace a su manera. Las dos cuentan con grandes nombres en su reparto. Las dos se mueven entre géneros similares. Y las dos son tan memorables como importantes.
Haremos ahora un comentario sobre cada una para encontrar los elementos que dan forma a estas dos historias tan similares. Empecemos con...
Hailee Steinfeld estuvo nominada al Globo de Oro por su personaje en esta película y después de verla no hay muchas quejas que quiera poner al respecto.
Se mete en la piel de una adolescente de 17 años que necesita llegar a esa etapa donde debe entender lo complicado que es vivir en el mundo real. Y es que, para empezar, nunca ha sido muy buena en eso de hacer amigos.
Luego, probablemente la persona con la que más confianza tiene – su padre – se va de su vida. Y ella, pues se queda un poco perdida. En este viaje veremos cómo Nadine trata de superarse a sí misma para encontrar su lugar en el mundo.
The Edge of Seventeen no es que destaque precisamente por el desarrollo de su trama. ¿Lo bueno? Que tiene a Hailee Steinfeld. Abordar a un personaje como tal le ha permitido hacer uso de una mezcla de técnicas que completan el conjunto de escenas y así compactar el humor y el drama según ella encuentre el momento.
Es por eso que The Edge of Seventeen regala multitud de escenas donde se puede apreciar dicho trabajo.
Si ya Steinfeld resuena, cuando se junta con una figura tal como Woody Harrelson, de ahí solo podemos sacar oro. Hay bastante poco de ellos de lo que hubiera gustado ver. Pero nos quedamos con lo que tenemos, porque no se deben menospreciar los diálogos que comparten.
Y ahora que hablamos de diálogos; The Edge of Seventeen también gana mucho porque tiene suficiente material personal de la protagonista para definir ese punto central sobre el que se sustenta la premisa.
Por otro lado, tenemos Lady Bird. Greta Gerwing se encarga de escribir y dirigir otra película que habla sobre el paso a la edad adulta. Tiene a Saoirse Ronan y a Timotheé Chalamet. Y nada mal la cosa.
A parte de contar con un reparto para explotar el proyecto hasta lo más alto, Lady Bird tiene un guion de lo más completo, que juega continuamente con esos géneros que componen la estructura narrativa, creando ese balance entre drama y comedia con poco esfuerzo.
Y Lady Bird, nuestro personaje pivotal, soporta el peso de la trama y mueve la historia a puntos esenciales para ir definiendo el destino final del film.
Enfrentada a Marion (su madre) y al reto de salir de la etapa de la niñez, Caroline (o Lady Bird) salta de una emoción a otra en una procesión de personajes que la ayudarán a ir aprendiendo algunas lecciones de vida.
Todo supone que la película consigue ese estilo personal por la buena mezcla de generos que potencian los giros dramáticos, al estar suplementados por un humor propio conseguido en gran parte gracias a Saoirse Ronan.
Lady Bird sobresale así mismo en el apartado de dirección. Un único plano puede transmitir mucho con un simple cruce de miradas, tanto como un conjunto de escenas puede contar tanto sobre el personaje.
The Edge of Seventeen sube y vibra según avanza a la recta final. Se prepara para un boom y… no llega a lo que promete. Sí, hay pequeñas chispas y todo ese conjunto de escenas para arreglar lo que había que arreglar, pero ya está. Gritos, lloros y disculpas. Y aún peor que la película acabe como lo hace.
A pesar de todos aquellos aspectos negativos que pueda presentar The Edge of Seventeen, no la convierte en una del montón. Se habla de superación, de madurez y de la locura que significa ser adolescente. Es una historia que cura por dentro y hace que respires con más tranquilidad después de verla.
En cuanto a Lady Bird, la película trata temas igual de variados; cada cual con su tempo y a su tiempo. Lady Bird propone una profunda reflexión sobre el sentido de vida, el individualismo, descubrimiento de uno mismo y el significado de la autoexpresión. Su cierre sirve como el lazo perfecto para una historia como tal.
Se convierte en una de las películas más importantes del 2017 y, por tanto, de la pasada década.
Lo dicho al inicio. Tanto The Edge of Seventeen como Lady Bird son dos películas que se mueven a niveles mucho más profundos que cualquier otra cinta del género. Las dos contienen escenas inolvidables, protagonistas únicas y un propósito concreto. Además, no se me hace loca la idea de imaginar los papeles de Ronan y Steinfeld cambiados.
Ahora te toca decidir, ¿tú con cual disfrutaste más?
Haremos ahora un comentario sobre cada una para encontrar los elementos que dan forma a estas dos historias tan similares. Empecemos con...
The Edge of Seventeen (2017)
Hailee Steinfeld estuvo nominada al Globo de Oro por su personaje en esta película y después de verla no hay muchas quejas que quiera poner al respecto.
Se mete en la piel de una adolescente de 17 años que necesita llegar a esa etapa donde debe entender lo complicado que es vivir en el mundo real. Y es que, para empezar, nunca ha sido muy buena en eso de hacer amigos.
Luego, probablemente la persona con la que más confianza tiene – su padre – se va de su vida. Y ella, pues se queda un poco perdida. En este viaje veremos cómo Nadine trata de superarse a sí misma para encontrar su lugar en el mundo.
The Edge of Seventeen no es que destaque precisamente por el desarrollo de su trama. ¿Lo bueno? Que tiene a Hailee Steinfeld. Abordar a un personaje como tal le ha permitido hacer uso de una mezcla de técnicas que completan el conjunto de escenas y así compactar el humor y el drama según ella encuentre el momento.
Es por eso que The Edge of Seventeen regala multitud de escenas donde se puede apreciar dicho trabajo.
Si ya Steinfeld resuena, cuando se junta con una figura tal como Woody Harrelson, de ahí solo podemos sacar oro. Hay bastante poco de ellos de lo que hubiera gustado ver. Pero nos quedamos con lo que tenemos, porque no se deben menospreciar los diálogos que comparten.
Y ahora que hablamos de diálogos; The Edge of Seventeen también gana mucho porque tiene suficiente material personal de la protagonista para definir ese punto central sobre el que se sustenta la premisa.
Lady Bird (2017)
Por otro lado, tenemos Lady Bird. Greta Gerwing se encarga de escribir y dirigir otra película que habla sobre el paso a la edad adulta. Tiene a Saoirse Ronan y a Timotheé Chalamet. Y nada mal la cosa.
A parte de contar con un reparto para explotar el proyecto hasta lo más alto, Lady Bird tiene un guion de lo más completo, que juega continuamente con esos géneros que componen la estructura narrativa, creando ese balance entre drama y comedia con poco esfuerzo.
Y Lady Bird, nuestro personaje pivotal, soporta el peso de la trama y mueve la historia a puntos esenciales para ir definiendo el destino final del film.
Enfrentada a Marion (su madre) y al reto de salir de la etapa de la niñez, Caroline (o Lady Bird) salta de una emoción a otra en una procesión de personajes que la ayudarán a ir aprendiendo algunas lecciones de vida.
Todo supone que la película consigue ese estilo personal por la buena mezcla de generos que potencian los giros dramáticos, al estar suplementados por un humor propio conseguido en gran parte gracias a Saoirse Ronan.
Lady Bird sobresale así mismo en el apartado de dirección. Un único plano puede transmitir mucho con un simple cruce de miradas, tanto como un conjunto de escenas puede contar tanto sobre el personaje.
ENTONCES, ¿CUÁL ES MEJOR?
The Edge of Seventeen sube y vibra según avanza a la recta final. Se prepara para un boom y… no llega a lo que promete. Sí, hay pequeñas chispas y todo ese conjunto de escenas para arreglar lo que había que arreglar, pero ya está. Gritos, lloros y disculpas. Y aún peor que la película acabe como lo hace.
A pesar de todos aquellos aspectos negativos que pueda presentar The Edge of Seventeen, no la convierte en una del montón. Se habla de superación, de madurez y de la locura que significa ser adolescente. Es una historia que cura por dentro y hace que respires con más tranquilidad después de verla.
En cuanto a Lady Bird, la película trata temas igual de variados; cada cual con su tempo y a su tiempo. Lady Bird propone una profunda reflexión sobre el sentido de vida, el individualismo, descubrimiento de uno mismo y el significado de la autoexpresión. Su cierre sirve como el lazo perfecto para una historia como tal.
Se convierte en una de las películas más importantes del 2017 y, por tanto, de la pasada década.
Lo dicho al inicio. Tanto The Edge of Seventeen como Lady Bird son dos películas que se mueven a niveles mucho más profundos que cualquier otra cinta del género. Las dos contienen escenas inolvidables, protagonistas únicas y un propósito concreto. Además, no se me hace loca la idea de imaginar los papeles de Ronan y Steinfeld cambiados.
Ahora te toca decidir, ¿tú con cual disfrutaste más?