Space Jam 2: ¿una digna "sucesora"?

Siempre que se anuncia una continuación de una película que marcó una época en la historia del cine, se genera a la vez un miedo y una gran expectación por el posible resultado que tendrá. Bien es cierto que según la temática y si repite o no el equipo creativo original influye mucho en la opinión previa que nos creamos antes de conocer detalles de lo que está por venir. Y con Space Jam 2 no ha sido diferente, porque es una película que se recuerda con mucha nostalgia y cariño. Así que como ya ha llegado el momento de volver a ver jugar a los Looney Tunes, ¿nos acompañáis en una nueva aventura deportiva?

LeBron tendrá que con la ayuda de Bugs, Lola Bunny y toda la pandilla de los muy indisciplinados Looney Tunes. Juntos tendrán que derrotar a los campeones digitalizados de A.I. y deberán hacerlo en la cancha de baloncesto. Se trata de una lista espectacular de estrellas de del baloncesto como nunca se ha visto. Son los Tunes contra los Goons enfrentados al desafío más importante de sus vidas que servirá para transformar el vínculo de LeBron con su hijo y arrojará luz sobre el poder de ser uno mismo. Los intrépidos Tunes se saltan todos los convencionalismos, ponen en marcha sus singulares talentos y consiguen sorprender al "Rey" James jugando el partido a su manera.

Desde el pasado viernes 23 de julio, gracias a Warner Bros Pictures podemos disfrutar de esta esperadísima entrega que está creando muchas opiniones en el público. Antes de nada hay que detallar que aunque esta sea la segunda parte no quiere decir que sea obligatorio ver la primera. De hecho no influye en nada ya que ambas partes van por su cuenta, siendo la nueva película un reboot con guiños y alguna que otra referencia a lo que se vio en la primera parte. Por lo tanto se pueden ver de manera totalmente independientes.


El nexo común en esta ocasión es repetir la misma estrategia con una estrella del baloncesto como es LeBron James. Su papel cumple la misma función que Michael Jordan en su momento aunque tienen una gran diferencia y es que con Jordan se exploraba ese cambio personal y radical que tuvo para jugar al béisbol con todo lo que conlleva, mientras que por otro lado James tiene un aliciente con su hijo al que debe recuperar y devolver a su familia a su mundo.

Y quién no estaría encantado de ver a los Looney Tunes de nuevo en la gran pantalla acompañados de humanos o de lo que sea, pese a que tienen un renovado look como ocurre con el caso de Lola Bunny. Tras el revuelo creado por el primer diseño presentado en los primeros pósters de la película, vimos como el estudio hizo una buena acción devolviendo al personaje a su estatus sin necesidad de estar sexualizada. Porque fue un caso muy curioso y que destapó muchas caras en redes sociales que lo recordaremos en los próximos años.


La combinación de humanos y dibujos animados sigue siendo muy buena, pero realmente pienso que la química varía mucho en función de quien les acompañe. Volviendo al tema Jordan/LeBron, hay que admitir que Jordan siendo él mismo tiene un carisma que le falta a James. Esto no quiere decir que sea serio o aburrido y similares, si no que bajo mi punto de vista no es el adecuado para ello. Yo hubiera preferido haber tenido de vuelta a Michael como protagonista de nuevo. También merece su oportunidad como todo el mundo, pero crea una sensación de que está un poco por obligación y a desgana.

Por otra parte vemos una gran confluencia de universos al más puro estilo Ready Player One, salvo que en esta ocasión contamos con muchísimas más referencias de marcas pertenecientes al conglomerado de Warner. Es más, hay varios planos en los que veremos tantas apariciones que nos será difícil averiguar quién es quién o que se nos ha escapado por alguna parte de la pantalla. Y no solo eso, ya que esto genera una muestra de mostrar todas las cartas de las que dispone la distribuidora (al menos en Estados Unidos por ahora) con HBO Max que también consigue colarse en la película a modo de publicidad indirecta.


Respecto a los efectos especiales bien es cierto que están muy bien utilizados sin hacer que se conviertan en un CGI muy pesado como suele ocurrir en muchas ocasiones. Pensándolo bien en esta película es difícil darse cuenta de este apartado ya que hay muchas cosas en escena y la primera vez que vemos la película estamos pendientes de todo lo que saldrá que del argumento en sí. Que en verdad el argumento es muy simple y usando el mismo recurso de la primera película no hace que varíe mucho.

Malcolm D. Lee ha hecho un buen trabajo dirigiendo una secuela que se aleja de lo espiritual pero se mantiene dentro de la esencia de Space Jam. A pesar de durar casi dos horas es una película disfrutable que tiene sus pequeños altibajos en algunos momentos. Algo obvio ya que es imposible mantener a los espectadores pendientes durante tanto tiempo, y más cuando es una premisa sencilla con mayor duración que su predecesora.

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