Venganza bajo cero es un remake de la cinta noruega ‘ In Order of Disappearance’. La nueva película dirigida por Hans Petter Moland está interpretada por un Liam Neeson atormentado que pretende impartir justicia a toda una banda de narcotraficantes. Aquí os dejamos nuestra entrevista con su director al que pudimos conocer gracias a Acontracorriente Films
-CDC: ¿Qué lleva a un director a hacer un remake de su propia película?
HPM: No es la primera vez que me hacen esta pregunta. Tienes razón, la sabiduría convencional dice “no vuelvas a hacer tus propias películas”, pero tuve la oportunidad de contar esta historia a un público distinto y más amplio.
Primero, cuando mi productor me pidió que lo hiciera, tuve que pensarlo, porque solamente había pensado en vender los derechos, y después intenté ser abierto de mente y pensé que, si por ejemplo yo hubiera hecho una obra de teatro en Oslo y me hubieran pedido que la representara en Broadway, probablemente lo hubiera hecho. Así que, con ese pensamiento, acepté. Y pensé que era una oportunidad para poder hablar a otro público directamente, pero también intentar ser más lúdico en otra lengua.
He vivido muchos años en Estado Unidos y también he explorado ese otro material, ese otro contexto, así que me pareció una buena idea.
CDC: Algo que nos ha gustado mucho, a casi todos al menos, ha sido la estética entre comedia negra y film noir nórdico, sin embargo, la película tiene un tono como de cómic, como de novela gráfica. ¿Cuáles son sus influencias? ¿Es usted fan de los cómics y eso le ha llevado a coger el tono para la película?
HPM: Yo no leí cómics cuando crecí, no me dejaban. Solo novelas, pero nada gráfico, porque mi madre pensó que era mejor para mí que yo leyera libros. Pero a mí me encantaba ir al cine y creo que, para mí, parte de mi sentido del humor y de mi temperamento es escandinavo o noruego, pero fui a la escuela de cine en Estados Unidos, me encantaban las películas de Billy Wilder, así que yo soy una mezcla de todo eso.
También viví en Nueva York a finales de los 70. Era una época en la que Nueva York estaba en bancarrota, la ciudad estaba muy sucia y había un humor realmente negro sobre vivir en Nueva York. Es como una especie de humor de supervivencia, y muchos de mis amigos tenían un humor muy irreverente.
Había un chiste que decía que la policía estaba tan mal pagada que nunca se pondrían delante de una bala durante un atraco a un banco. Entonces cuando había un atraco a un banco, se ponían a dar vueltas al edificio para darles tiempo a los atracadores a que se fueran y entonces la gente se reía en vez de decir “qué corrupta es la policía”. Recuerdo realmente chistes súper negros sobre cosas muy trágicas de Nueva York que no me atrevo a repetir.
CDC: Nos encanta mucho el inicio de la película con esa melodía con la que empieza y esa melodía con la que acaba que envuelve a los personajes como en una especie de fábula. Nos gusta mucho el pulso narrativo, la agilidad que tiene… ¿tal vez por el formato se ha planteado continuar con la historia o adaptarla como una serie de televisión? Y, dicho esto, además que para mí al menos es vital la salida del Blu-Ray, ¿tiene ya pensada siquiera la secuela?
HPM: Unas semanas después de vender los derechos me preguntaron si quería hacer esto, pero no lo he hecho. Pero bueno, quizá. Tengo una cierta actitud hacia las series de tv. Las miniseries es una manera de contar una historia que no puedes poner en un formato de dos horas.
Una película de más de dos horas también es un formato artificial y si la historia es más compleja o más larga, cuatro o cinco horas sería más adecuado, pero sigue siendo una historia con un inicio, un nudo y un desenlace. Y creo que, en nuestra historia de seres humanos, el contar cuentos es muy importante, porque la gente cuenta historias. Pero si solo estás contando historias que no tienen fin, ya no son historias, es un intento de que te hagas adicto al cuentacuentos, y estos días las series de tv están hechas por excelentes directores, actores y guionistas y te hacen adicto.
No sé cómo la gente tiene tiempo para ver tantas series de tv. Es una manera muy diferente de contar una historia, intentar siempre que te enganches y que estés pensando qué va a pasar después, pero, si no hay ese objetivo, cuando cuentas una historia con un final, el público, consciente o inconscientemente se preguntará “¿por qué me has contado esta historia? ¿Cuál es la razón?” y si no hay final, no existe la posibilidad de hacer esa pregunta.