Mañana viernes 30 de agosto llega a los cines una nueva cinta dirigida por el aclamado director Paco Plaza al que conoceréis de sobra por la saga REC o Verónica entre oras películas. Protagonizada por Luis Tosar nos sumergiremos en un thriller ambientado en la Galicia actual, con una historia que nos pondrá en tensión desde que comiencen los primeros sucesos. Una trama de venganza digna de ver en el cine español actual que te deja totalmente estupefacto.
La historia gira en torno a Mario, un hombre como otro cualquiera que vive en la costa gallega y que es un trabajador ejemplar de la residencia de ancianos en la que ejerce de enfermero. Cierto día, Anonio Padín, el narco más conocido de la zona, sale de la cárcel y es trasladado allí, donde Mario hará que esté en todo momento en las mejores manos y con los mejores cuidados. Mientras tanto, sus dos hijos son quienes controlan el negocio. Un fallo hace que el negocio no les vaya tan bien sin su padre, de forma que Mario se verá utilizado como intermediario para hacer que Antonio vuelva y asuma el mando. Pero lo que no saben es que Mario tiene sus propios planes.
Al ver de que va la película, es imposible no pensar en las películas de venganza que actualmente mueve en la cartelera internacional Liam Neeson. No obstante no nos encontramos en una película metódica, ya que la manera de hacer esta cinta es totalmente diferente. No es una película directa que nos muestre acción casi durante el 90%, si no que se toma su tiempo para ir sentando bases e ir explorando a los personajes.
En ese aspecto me ha recordado inevitablemente a Breaking Bad, donde todo es muy meticuloso y se realzan muchos detalles. Paco Plaza toma en esta cinta una dirección un tanto diferente al salirse de su género por excelencia para tratar este thriller que tiene una gran documentación por parte de sus guionistas Juan Galiñanes y Jorge Guerrichaechevarría. Son procedentes de tierras gallegas y sobre todo de donde se ha rodado la película, de forma que todos los detalles están muy cuidados. Pero no son los únicos, ya que Paco Plaza comentaba en una entrevista que tuvimos con él, que el equipo era íntegramente gallego.
La película comienza presetándonos a los protagonistas por dos partes: Mario y Julia, que llevan una vida tranquila y esperan una sorpresa en ella. Por otro lado tenemos a Antonio Padín que podría decirse que es el coprotagonista de esta historia. En todo momento se verán las acciones de los personajes, así como sus intenciones y comportamientos desde dos puntos de vista. Es decir, veremos como Mario tiene ya sus propios planes, pero a su vez el espectador sentirá esa gonía constante que se genera a su alrededor. Tendrá que debatirse consigo mismo de manera silenciosa mientras actúa rápido sin que le puedan pillar. Aunque no lo tendrá nada fácil con los hijos de Padín acechando en todo momento.
También se muestra la verdadera realidad de los narcos, sobre todo en el foco gallego, que tanta repercusión ha tenido durante muchos años en España. Los actores demuestran en todo momento que son un casting impeacble, ya que las actuaciones te hacen empatizar y sentirte como uno más, sintiendo el miedo que invade la película a partir de cierto momento; sabiendo que al igual que a Mario le podría pasar a cualquiera. La elección de Luis Tosar para el papel es increíble, solo hay que ver la película para ver lo bien que encaja en él como si fuera totalmente natural. Pero sin menospreciar a Xoán Cejudo y María Vázquez que le acompañan durante casi toda la película, y son los personajes que harán que Mario tenga que decidir por encima de lo que más le importa.
Por último me gustaría destacar la dirección de Paco Plaza, dejándonos unos planos que como comentaba anteriormente te hacen sentir esa agonía constante. Los flashbacks están muy bien representados, ya que giran alrededor de las consecuencias de las drogas, dando la sensación de lo que ocurre al consumirlas. Y aunque Paco se haya salido del género de terror, no lo ha hecho del todo, porque el verdadero terror reside en el ser humano.
La historia gira en torno a Mario, un hombre como otro cualquiera que vive en la costa gallega y que es un trabajador ejemplar de la residencia de ancianos en la que ejerce de enfermero. Cierto día, Anonio Padín, el narco más conocido de la zona, sale de la cárcel y es trasladado allí, donde Mario hará que esté en todo momento en las mejores manos y con los mejores cuidados. Mientras tanto, sus dos hijos son quienes controlan el negocio. Un fallo hace que el negocio no les vaya tan bien sin su padre, de forma que Mario se verá utilizado como intermediario para hacer que Antonio vuelva y asuma el mando. Pero lo que no saben es que Mario tiene sus propios planes.
Al ver de que va la película, es imposible no pensar en las películas de venganza que actualmente mueve en la cartelera internacional Liam Neeson. No obstante no nos encontramos en una película metódica, ya que la manera de hacer esta cinta es totalmente diferente. No es una película directa que nos muestre acción casi durante el 90%, si no que se toma su tiempo para ir sentando bases e ir explorando a los personajes.
En ese aspecto me ha recordado inevitablemente a Breaking Bad, donde todo es muy meticuloso y se realzan muchos detalles. Paco Plaza toma en esta cinta una dirección un tanto diferente al salirse de su género por excelencia para tratar este thriller que tiene una gran documentación por parte de sus guionistas Juan Galiñanes y Jorge Guerrichaechevarría. Son procedentes de tierras gallegas y sobre todo de donde se ha rodado la película, de forma que todos los detalles están muy cuidados. Pero no son los únicos, ya que Paco Plaza comentaba en una entrevista que tuvimos con él, que el equipo era íntegramente gallego.
La película comienza presetándonos a los protagonistas por dos partes: Mario y Julia, que llevan una vida tranquila y esperan una sorpresa en ella. Por otro lado tenemos a Antonio Padín que podría decirse que es el coprotagonista de esta historia. En todo momento se verán las acciones de los personajes, así como sus intenciones y comportamientos desde dos puntos de vista. Es decir, veremos como Mario tiene ya sus propios planes, pero a su vez el espectador sentirá esa gonía constante que se genera a su alrededor. Tendrá que debatirse consigo mismo de manera silenciosa mientras actúa rápido sin que le puedan pillar. Aunque no lo tendrá nada fácil con los hijos de Padín acechando en todo momento.
También se muestra la verdadera realidad de los narcos, sobre todo en el foco gallego, que tanta repercusión ha tenido durante muchos años en España. Los actores demuestran en todo momento que son un casting impeacble, ya que las actuaciones te hacen empatizar y sentirte como uno más, sintiendo el miedo que invade la película a partir de cierto momento; sabiendo que al igual que a Mario le podría pasar a cualquiera. La elección de Luis Tosar para el papel es increíble, solo hay que ver la película para ver lo bien que encaja en él como si fuera totalmente natural. Pero sin menospreciar a Xoán Cejudo y María Vázquez que le acompañan durante casi toda la película, y son los personajes que harán que Mario tenga que decidir por encima de lo que más le importa.
Por último me gustaría destacar la dirección de Paco Plaza, dejándonos unos planos que como comentaba anteriormente te hacen sentir esa agonía constante. Los flashbacks están muy bien representados, ya que giran alrededor de las consecuencias de las drogas, dando la sensación de lo que ocurre al consumirlas. Y aunque Paco se haya salido del género de terror, no lo ha hecho del todo, porque el verdadero terror reside en el ser humano.
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