Movistar + presenta, El Corredor de la Muerte', una serie Basada en la historia real de Pablo Ibar (interpretado por Miguel Ángel Silvestre), el español-estadounidense declarado culpable de un triple asesinato que tuvo lugar en Florida en 1994. En el que fue el cuarto juicio para Ibar, el jurado alcanzó el veredicto unánime de los seis cargos que pesaban en su contra. Ibar fue condenado a cadena perpetua a pesar de que no se aportaron nuevas pruebas concluyentes.
Antes de nada, hemos de decir que si bien, no somos fans de Miguel Ángel Silvestre, en 'El Corredor de la Muerte', hace un papelón. El intérprete insufla vida al propio Pablo Ibar, protagonista absoluto de esta descorazonadora historia.
El primer episodio tiene una apertura soberbia. Un inicio que se abre con un discurso de Bill Clinton sobre la violencia y la delincuencia, muy apropiado, tanto como crítica como para presentar los hechos que abren este capítulo. Es más, aduce un claro síntoma de cómo y porqué se trata de cierta manera la historia que nos acontece.
Un claro ejemplo de la visión que tenía en aquella época sobre la delinuencia y de dar ejemplo con los criminales, los delincuentes y las consecuencias que deberían acarrear con los actos delictivos. Pero, ¿Y la presución de inocencia? ¿Qué ocurre con las dudas razonables? ¿Las pruebas y la falta de ellas? Esta serie proporciona una nueva prespectiva a la historia que nos narra.
Desde luego, hay que reconocer que la serie te atrapa, desde la investigación que se lleva a cabo, a esa forma casi de mockumentary que presenta para incluir la recogida de testimonios. Eso sí, esta temporada es más dura y oscura. Con momentos muy difíciles y que sorprenden a medida que avanza la trama. Pero, sin duda, lo mejor de cómo está realizada es que la serie es completamente objetiva, se limita a narrar los aconteciminetos, permitiendo a los espectadores que saquen sus propias conjeturas.
Antes de nada, hemos de decir que si bien, no somos fans de Miguel Ángel Silvestre, en 'El Corredor de la Muerte', hace un papelón. El intérprete insufla vida al propio Pablo Ibar, protagonista absoluto de esta descorazonadora historia.
El primer episodio tiene una apertura soberbia. Un inicio que se abre con un discurso de Bill Clinton sobre la violencia y la delincuencia, muy apropiado, tanto como crítica como para presentar los hechos que abren este capítulo. Es más, aduce un claro síntoma de cómo y porqué se trata de cierta manera la historia que nos acontece.
Un claro ejemplo de la visión que tenía en aquella época sobre la delinuencia y de dar ejemplo con los criminales, los delincuentes y las consecuencias que deberían acarrear con los actos delictivos. Pero, ¿Y la presución de inocencia? ¿Qué ocurre con las dudas razonables? ¿Las pruebas y la falta de ellas? Esta serie proporciona una nueva prespectiva a la historia que nos narra.
Desde luego, hay que reconocer que la serie te atrapa, desde la investigación que se lleva a cabo, a esa forma casi de mockumentary que presenta para incluir la recogida de testimonios. Eso sí, esta temporada es más dura y oscura. Con momentos muy difíciles y que sorprenden a medida que avanza la trama. Pero, sin duda, lo mejor de cómo está realizada es que la serie es completamente objetiva, se limita a narrar los aconteciminetos, permitiendo a los espectadores que saquen sus propias conjeturas.